Rezago en México Destacado
06 Septiembre 2019
López Obrador admite rezagos en economía y seguridad durante su gobierno.
En la presentación de su primer informe de Gobierno, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, imprimió un discurso triunfalista por los logros en el combate a la corrupción, aunque admitió con la boca pequeña ciertos rezagos en economía y seguridad pública. “No es un mero cambio de gobierno, sino un cambio de régimen. No ha sido ni será más de lo mismo, está en marcha una auténtica regeneración de la vida pública de México”, expresó el mandatario en Palacio Nacional ante unas 500 autoridades y figuras públicas.
Como marca la tradición a comienzos de septiembre, el presidente mexicano rindió cuentas sobre los avances de su mandato, que comenzó el 1 de diciembre de 2018, en un informe que se entrega al Congreso de México.
En un discurso reivindicativo de sus nueve meses de gobierno, López Obrador detalló que su principal objetivo es “acabar con la corrupción y la impunidad”, una promesa con la que arrasó en los comicios del año pasado. En ese sentido, esgrimió una extensa retahíla de medidas adoptadas para acabar con los privilegios, como la cancelación de las condonaciones de impuestos a grandes contribuyentes, la reducción de los sueldos públicos, la puesta en venta del avión presidencial y la eliminación del cuerpo de escoltas del presidente.
LEVE AUTOCRÍTICA
Junto a los programas sociales para ancianos y estudiantes, estos fue- ron los logros que ocupa- ron gran parte de su a locución, y admitió pendientes en economía y seguridad en una leve autocrítica. Ante la desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) que padece México que creció 0 % el segundo trimestre frente a los tres meses anteriores López Obrador señaló la necesidad de acabar con la “obsesión” por el crecimiento económico y marcó como prioridad “la distribución equitativa de la riqueza”. Sobre la ola de violencia que sufre México, dijo que toda- vía hay que “trabajar mucho porque no son buenos los resultados en cuanto a la disminución de la incidencia delictiva”. “Está atendiéndose el problema. Soy un hombre de desafíos y de retos. Soy perseverante y puedo decir que estoy seguro de que vamos a lograr serenar el país y se va a pacificar México”, aseveró. En los primeros siete meses de 2019, se registraron 20.135 homicidios en México, el peor dato desde que hay recuentos.
UN MENSAJE SIN NOVEDADES
Para Khemvirg Puente, coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es “alentador que el presidente reconozca que hay un problema en materia de seguridad pública”, ya que López Obrador no suele ser muy propenso a la crítica. “Por lo demás, fue un mensaje bastante pre- decible, que no sorprendió y que no desatará demasiadas reacciones”, dijo el académico. Y es que el contenido de su discurso, que se alargó una hora y cuarenta minutos, no se diferenció de lo que dice en las ruedas de prensa que ofrece cada mañana o los mítines que realiza en pueblos de todo el país.
“El presidente está en una campaña electoral continua. Por eso, no hay nada nuevo en el contexto del discurso del presidente que no haya dicho ya en sus mañaneras”, apuntó Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey. En ese sentido, López Obrador reprodujo las críticas que suele hacer contra los sectores opositores, a quienes definió como “conserva- dores” que están “moralmente derrotados”.
CAMBIOS EN EL PROTOCOLO
López Obrador decidió ofrecer el mensaje antes de entregar el informe al Congreso de México a través de la ministra de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a la inversa de lo que marca la tradición. Pero para Puente lo “sorprendente” es que el mandatario siga la tradición emprendida por el presiden- te Felipe Calderón (2006- 2012) de no emitir el discurso ante el Congreso, en un “claro signo de desprecio” al parlamento.
“Sorprende que alguien con un discurso rupturista y de cambio de régimen opte por esta tradición continuista”, señaló el politólogo de la UNAM.
Mientras ofrecía su discurso, unos 3.000 manifestantes marcharon pacíficamente por la Ciudad de México para protestar por las políticas del presidente. “No deja de existir, ni queremos que desaparezcan, las protestas legítimas de los ciudadanos ni los reclamos de nuestros adversarios”, dijo el presidente.
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